lunes, 9 de abril de 2007

Tuxpan, tierra de desagravios.

Siempre que llego a Tuxpan llego mal, siempre traigo algo encima, algunas personas se emborrachan, otras recurren a las drogas, otras a los golpes, yo recurro a Tuxpan (y también al alcohol y las drogas).

Era el cuarto fin de semana que me dejaba plantar por la misma mujer, esa mala costumbre mía de entregarme una y otra vez como cordero al matadero, tratándose de ellas nunca aprendo a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera, (creo que nunca aprendo) aunque sinceramente ella me encantaba, tenía todo lo que suele perderme de una mujer, alta, delgada y de facciones finas, hacía años que no me sucedía algo parecido, desde que me enamoré perdidamente de Lady R. en la prepa, sacarla de mi me costó cuatro visitas a Tuxpan, unos 5 gramos de coca y abandonar la universidad una temporada, al final de cuentas los costos fueron lo de menos, tomar de nuevo rumbo y salir corriendo hacia donde me diera la gana, eso fue el final de la historia, a partir de ese enero del 2003 todo sería distinto, me bañé, compré tres trajes catrines y puse mas atención en mi trabajo, ascendí casi por arte de magia, pase de un segundo piso en la calle de Génova al quinceavo de la torre mayor, comencé a tomar de manera intermitente las materias de la universidad que había abandonado 2 años antes.

Visitar esas tierras siempre es reconfortante, es como un pequeño país donde las leyes que suelen regir la vida de la ciudad desaparecen, precisamente las leyes de la rutina, esa gente siempre se encuentra dispuesta a soportarme, a verme llegar de malas y no decir mas que lo necesario, tengo sueño, tengo sed. ¿ya nos vamos?, casi siempre llego de madrugada, a eso de las 5 o 6,.siempre me parece igual de increíble que haya quien pueda ir por mi a la terminal de los autobuses, siempre me abren su casa, siempre me abren su cocina, siempre me abren su familia, algunos de los mejores recuerdos de los últimos años los tengo con ellos, como cuando me celebraron mi cumpleaños, como las veces que nos hemos puesto hasta las manitas a punta de pura cerveza (Me he logrado beber un cartón completo)

El tema de las mujeres se volvió un asunto secundario y casi de risa, podía contar con risa y lujo de detalles todo tipo de anécdotas con ellas, que si Miss L un día me mató con la mirada, que si vivía hasta el reclu norte y por eso mejor le saqué, que si Madame G era la mujer de belleza extraña mas bella que hubiese visto y que tenía un extraño padecimiento que le impedía usar desodorante y por eso mejor me día a la fuga, también lo de aquella Brasileña de TV Azteca que me cambió el mejor faje de mi vida por lo que quedaba de mis 5 gramos de coca y que ni de su nombre de acuerdo, pero que una vez la encontré en un autobús de regreso a mi casa y tuve la osadía de sentar a Lady R con ella para ver que se platicaban, pero al final de cuentas no se platicaron nada.

Llegué a las 6 tal como habíamos acordado, diez minutos antes le envié un mensaje para avisar que ya casi llegaba, ¿el plan? No muy complejo, ver películas en mi casa, algo de música y degustar una botella de Riscal y ver que mas se nos atravesaba, dan las 6.10 y sigo a la espera, las 6.20 y las 6.30 algo anda mal, esto no me gusta, dan las 6.50 a la fregada, no seré victima de nadie, me regreso a mi casa empaco mi ropa, des empaco la coca, vámonos (nuevamente) a Tuxpan.

1 comentario:

sirako dijo...

caray, y yo cuando tengo pedos lo más lejos que llego es el metro etiopía.


que chido que tengas tu zona "sagrada" (ash que fresa jaja) y que sea efectiva e infalible.

yo quiero una.