sábado, 13 de septiembre de 2014

Pienso en ti

...y en la secreta voluntad de los dioses que auspician nuestros caminos,  en la infinita sucesión de casualidades que permite que nos veamos contadas veces y que nos mantiene en la distancia el resto. Me pregunto si estas deidades ya han decretado un futuro encuentro o siguen deliberando si vale la pena mantenernos así sin vernos. Tal vez lo deciden en una tirada de dados, donde seis es que nos veremos pronto y todo será feliz y tal vez tres es que el el día de mañana algo catastrófico se interpondrá en nuestros caminos y lo perderemos todo incluyendo los recuerdos, un dos nos depara un destino intermedio pero doce es el número de la suerte y con el ambos morimos o somos transpuestos y el día de mañana amanecemos juntos y abrazados de un modo que no podemos explicar, pero que la memoria tampoco nos permite recordar si hubo un pasado en el que estuvimos separados.


Pienso en ti y en las ojeras que me han dejado estos días sin descanso, en la piedra que a estas horas de la noche expele todo el calor de que le convidó durante el día el desierto, en el ave que anida fuera de tu casa, en el dulce tacto de tu pelo, en el largo camino que separa mis brazos de tu cuerpo.

Este Dios que nos rige es demasiado voluntarioso, acaso perverso, no mira que haces falta entre mis manos y sigue tirando sus dados allá donde no puedo verlos.





Nunca mas la ví

El infortunio nos puso en contacto año y medio después del desastre.


La ví tan bonita como el día aquel de mayo cuando comencé a necesitarle y la necesité otra vez.


Platicamos de nuestras nuevas vidas sin ahondar en detalles, del infortunio que nos tenía ahí reunidos y demás cosas triviales.


El viento de Febrero mecía su cabello, vestía blusa azul, pantalon de mezclilla y los tenis morados. Pasamos esa tarde juntos y como en nuestros mejores tiempos, recorrimos el supermercado de la mano, bromeamos y reímos un poco, al final de la tarde nos abrazamos y nos dijimos lo mucho que nos extrañabamos.


Nos despedimos y quedamos de marcarnos por cualquier cosa.


Cualquier cosa nunca más sucedió.

Y nunca más la ví.