viernes, 2 de junio de 2017

Av. Panamericana, Lima

El 01 de Noviembre de 2015 arribé al aeropuerto internacional de Lima, en vuelo de conexión procedente de Panamá, una vez salido de migración y aduanas pedí un Uber y me confirmó la recolección en 5 minutos por parte de Francisco Dieguez, Ford Fiesta plata, placas 363LXM, 4.6 de calificación en la aplicación.

Abordé la unidad en el punto de recolecta utilizando el asiento de enfrente y le pedí que me llevara a mi hotel a un lado del museo de arte de Lima, muy cerca del centro de la ciudad, salimos a las calles de e ingresamos a la vía Panamericana que es una autopista urbana, el auto tomó rápidamente velocidad, la aplicación marcaba 14 minutos para llegar al destino.

Hay un espacio que ahora tienen los vehículos en las puertas, un pequeño cajón para poner botellas de agua y cosas, distinguí ahí mismo un libro, lo tomé "Una temporada en el infierno" de Rimbaud, una edición vieja, con anotaciones, partes coloreadas con resaltador y post-its pegados en todas las páginas -Parece que uno de sus pasajeros lo olvidó, dije mientras lo blandía en el aire. El chofer volteó a verme me hizo una mueca -Es mío, dijo. El auto aceleró y nos matamos (o me mató)


martes, 2 de junio de 2015

Panama Canal Rail Road Co.

La miré con cinismo, finalmente se había quedado dormida con la cabeza apoyada en la ventana del vagón. Vestida con su piel matinal café con leche. Sus párpados pintados de verde tendidos sobre los ojos que hasta hace un momento eran de miel. Las mejillas tersas acariciadas por por su cabello, dulcemente negro.


Ahí donde hace unos minutos había una mirada cándida, reinaba la tranquilidad y su respirar lento. Estaba a dos asientos de distancia mi lugar en el tren. Panamá siempre me regala motivos para volver.


sábado, 13 de septiembre de 2014

Pienso en ti

...y en la secreta voluntad de los dioses que auspician nuestros caminos,  en la infinita sucesión de casualidades que permite que nos veamos contadas veces y que nos mantiene en la distancia el resto. Me pregunto si estas deidades ya han decretado un futuro encuentro o siguen deliberando si vale la pena mantenernos así sin vernos. Tal vez lo deciden en una tirada de dados, donde seis es que nos veremos pronto y todo será feliz y tal vez tres es que el el día de mañana algo catastrófico se interpondrá en nuestros caminos y lo perderemos todo incluyendo los recuerdos, un dos nos depara un destino intermedio pero doce es el número de la suerte y con el ambos morimos o somos transpuestos y el día de mañana amanecemos juntos y abrazados de un modo que no podemos explicar, pero que la memoria tampoco nos permite recordar si hubo un pasado en el que estuvimos separados.


Pienso en ti y en las ojeras que me han dejado estos días sin descanso, en la piedra que a estas horas de la noche expele todo el calor de que le convidó durante el día el desierto, en el ave que anida fuera de tu casa, en el dulce tacto de tu pelo, en el largo camino que separa mis brazos de tu cuerpo.

Este Dios que nos rige es demasiado voluntarioso, acaso perverso, no mira que haces falta entre mis manos y sigue tirando sus dados allá donde no puedo verlos.





Nunca mas la ví

El infortunio nos puso en contacto año y medio después del desastre.


La ví tan bonita como el día aquel de mayo cuando comencé a necesitarle y la necesité otra vez.


Platicamos de nuestras nuevas vidas sin ahondar en detalles, del infortunio que nos tenía ahí reunidos y demás cosas triviales.


El viento de Febrero mecía su cabello, vestía blusa azul, pantalon de mezclilla y los tenis morados. Pasamos esa tarde juntos y como en nuestros mejores tiempos, recorrimos el supermercado de la mano, bromeamos y reímos un poco, al final de la tarde nos abrazamos y nos dijimos lo mucho que nos extrañabamos.


Nos despedimos y quedamos de marcarnos por cualquier cosa.


Cualquier cosa nunca más sucedió.

Y nunca más la ví.




martes, 24 de junio de 2014

Es que te ande mencionando por todos lados
es que no encuentro el modo de sacarte de la boca.


viernes, 6 de junio de 2014

Florecerás

Sobre este campo yermo,
y serás la primavera,
serás millones de flores, amarillas, rojas y azules.

El viento que hoy disuelve el polvo mecerá tus hojas, lenta, suavemente.

Un ejército de grillos, pájaros y catarinas encontrarán en ti refugio.

Y bajo la sombra de tus brazos hallarán descanso las bestias.



jueves, 3 de octubre de 2013

Verano del 99

Nostalgia por tu cuerpo, tan cerca y tan lejos.
por aquellos días pasados
cuando tus besos eran mordida de guanábana
cuando tu piel era parte de mi mano
Y tus palabras eran voz de pájaros.

Por los años que me tuviste olvidado
Y por los que corriste con migo,
cuando otro mundo fue posible

Por la niña que olvidaste
por la fotos que nunca tomamos

Nunca fueron tan largas las noches
como las que dormiste a mi lado

Nunca serán tan largos los días
como estos en los que te estoy olvidando

Nunca regresa el tiempo
Nuca regresa ese verano.

lunes, 17 de diciembre de 2012

La noche necesita amantes para arder

/Poesía de Aura María Vidales

Primera parte

Muérdame estos labios
la boca, toda.
Tóqueme adentro, los extremos
haga de mí el incendio y la llanura
la sed de todas las aguas
la sombra de su luz
el sitio del acomodo.
§
No duerma para soñar
viva en vela
hasta las últimas consecuencias, ámeme.
Suplico morir
en el transcurso de la danza
del fuego purificador y pálido
que arde y lame la herida
cura y abre una llaga exquisita.
§
Necesito que venga por mí
me recoja de esta triste que soy.
Y diga: —Señora y dueña mía
los días están contados para amar
habremos de morir pronto
no desperdiciemos el tiempo de nuestra piel.
Amado, muerte a tiempo
estoy aquí tendida, entera.
Entra.

Segunda parte

No siempre fui tradicional.
Me gustaba dejar que el viento
aligerara mi vestidura y mi cabello.
Oír cómo su ráfaga felina rasgaba mi piel.
En calles que no iban a ninguna parte
extraviaba algunos besos.
Ahí en esa esquina te invité
adolescente al amor.
Eras un ángel.
§
La noche necesita amantes para arder.
Amantes en la lluvia, en los hoteles,
en las casas, en los parques.
Se necesitan ventanas húmedas
del aire que exhalan los amantes
alientos de una lucha piel a piel.
Se necesitan cuerpos recobrados
bañados en la caricia del encuentro
talles descubiertos, pies descalzos.
Se necesitan espaldas y dorsos
dulcemente acomodados.
Que se amen los jóvenes y los viejos
los tristes y los alegres
los solos y los acompañados.
Porque la noche, esta noche, necesita arder.
§
Tengo la piel enferma de soñar
y una fantasía desnuda
se mece en mis adentros.
No puedo abrir el libro de la carne
estoy escondida más adentro de mí
la devoción me impide tocar
aquello a lo que no estoy consagrada.
Me estremece el sueño
la posibilidad que se quedó
en una esquina, esa luna llena
de algún mes de octubre.
La soledad y el poeta ataviado de negro
y sus ojos que vigilan todos los movimientos
de mi falda. Soy aquélla y soy distinta
no puedo responder a ningún otro amor
tengo las manos atadas por mi voluntad.

Tercera parte

Es que mi ser ya no existe
es el alma quien te ama, no la piel
es la mirada, no los ojos, quien llora.
§
Aquí la noche cercada, amurallada
al dolor que canta.
Esta nueva ausencia que nunca estuvo
llega a cubrir y a borrar recuerdos
a insertar tu fama eterna
a entreabrir esos tus ojos
que jamás llorarán por mí.
§
Vengo a abrir una ventana en esta pared
para que ya no sea triste la oficina.
A clavar una palabra, un poema
a abrir una puerta a la eternidad de enfrente
a la ciudad que imaginamos, al río
al tren, a la aventura y a una fuente.
Vengo a abrir una ventana, una carta
un telegrama como un espejo
derribar el muro, pasar la muerte.
Para que cada vez que te asomes
y mires tu paisaje de nuevo
veas más lejos del horizonte
que sólo lo que amamos puede ser.
§
Habitar tus manos
y las sagradas migajas
de tu cuerpo desgajado.
§
Amor que llegas dolido, húmedo
entero en tus migajas, recuéstate
en mi regazo de mar, en mi piel
abierta a la sagrada caricia
que acaso imaginas.
Varón aquí tendrás resguardo
un corazón latiendo por el tuyo
una mujer arrodillada
un pan en la mesa y silencio.
Aquí estarán tus ojos en mis ojos
compartiendo desde siempre
el llanto que heredamos
de quién sabe qué recónditos
parajes. Aquí la noche y la luz.
Escribo para acariciar tu alma
llegar a tus heridas y beberlas
con la ternura de la fiera doblegada
al abrevar en mansas aguas... 

Aura María Vidales. 


miércoles, 18 de abril de 2012

Requiem por mi Abuela, Final

Hace cinco años nos tiraste al mundo, caímos de tu cansada mano, lentamente has escurrido por nuestras mejillas, hemos andado de noche tratando de recoger tus pasos, mirando como tus plantas poco a poco se retiran de tu casa, llegan nuevos tiempos, tus perros al parecer ya no te extrañan.
Yo me imagino, que allá donde estas no nos extrañas.

Miro el cielo sin mirar las estrellas, olvidé la posición de tus constelaciones campesinas, el arado, la coa el caballo.

Entre líneas lloramos tu partida, sin palabras, disfrazamos los llantos con frases ordinarias, sin sólo nos entendemos con la mirada, huérfanos para el resto de la vida, huérfanos sin abuelita.

jueves, 1 de marzo de 2012

Relojes

Mi padre me cuenta que en días pasados fue al médico, esa situación me parece totalmente lo mas inaudito que le haya escuchado en toda la vida, ahora entiendo, mi padre por médico visita al relojero, que pone algún aceite ultra fino en los engastes de su corazón, aprieta con unos desarmadores muy especiales algunas tuercas en sus piernas, calibra sus pulmones, da brío al resorte que impulsa el volante de sus latidos, su pecho entero es una caja de titanio, sus manos extensión de sus complicaciones, esta misma tarde me he recostado en su pecho para revisar su funcionamiento, el corazón de mi padre late tic, tac, tic, tac a completa perpetuidad, es una maquina tan precisa que siempre sabe mis horas de partida y llegada, mi padre sabe mis tiempos antes de que yo los afronte, la maquinaria del corazón de mi padre lo hace anacrónico y eterno.

Algunas tardes lo he visto detener el tiempo, alargar las horas en la mesa, y también lo veo adelantar las horas cuando algo lo tiene inquieto.

viernes, 9 de octubre de 2009

Requiem por mi abuela V / El llanto


..."llorar y llorar, como si no se hubiese llorado ya lo suficiente, en unas lagrimas capaces en encender la más helada estatua del invierno"...

Dionisio Aymara "Viendo la noche" 1968 (fragmento)


He pensado en ti en todas partes, en mitad de la noche, en el tráfico y en los alimentos me ha dado por llorar en las salas de cine y desde entonces mejor no veo películas.

Tu recuerdo me sorprende en los lugares más inesperados, en los bares oscuros y en los viajes largos, una parte de ti siempre me anda llamando y otra parte de mi siempre te anda llorando, descubro tu olor en mi saco, y ocasionalmente salen tus manchas en mis manos.

Los días sin ti son eternamente esperar tus lagrimas, es vivir al pendiente de cuando se te ocurre pasearte por mis ojos y tirarme al llanto, bebo a veces tu Amargo de Naranja para ayudarme a pasar el rato, te bebo sorbos pequeños no quiero que te me acabes de nuevo.

Te extraño Paz...

viernes, 20 de marzo de 2009

10 Años sin el maestro Jaime Sabines

En estos tiempos de intolerancia y violencia no encuentro mejores palabras que las del el maestro Sabines para recordarnos lo importante y bueno que es tener siempre la mente abierta y dudar de toda verdad absoluta.

El día de ayer se cumplieron diez años de la muerte del maestro.

No quiero convencer a nadie de nada.

No quiero convencer a nadie de nada. Tratar de convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra su libertad de pensar o creer o de hacer lo que le dé la gana. Yo quiero sólo enseñar, dar a conocer, mostrar, no demostrar.

Que cada uno llegue a la verdad por sus ropios pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado. (¡Quiénes quién para decir “esto es así”, si la historia de la humanidad no es más que una historia de contradicciones y de tanteos y de búsquedas?)

Si a alguien he de convencer algún día, ese alguien ha de ser yo mismo. Convencerme de que no vale la pena llorar, ni afligirse, ni pensar en la muerte. “La vejez, la enfermedad y la muerte”, de Buda, no son más que la muerte, y la muerte es inevitable. Tan inevitable como el nacimiento.

Lo bueno es vivir del mejor modo posible. Peleando, lastimando, acariciando, soñando. (¡Pero siempre se vive del mejor modo posible!)

Mientras yo no pueda respirar bajo el agua, o volar (pero de verdad volar, yo solo, con mis brazos), tendrá que gustarme caminar sobre la tierra, y ser hombre, no pez ni ave.

No tengo ningún deseo que me digan que la luna es diferente a mis sueños.

Jaime Sabines…

miércoles, 25 de febrero de 2009

Requiem por mi abuela V / Nada es igual

Me hacen falta tus manos, 

Desde que no estas descubrí que el mundo es un lugar espantoso, todos los días veo noticias de guerras, mujeres decpitadas y ballenas muertas.

Nada sabe igual desde tu partida, he pedido que me dejen dormir con uno de tus sueteres para soñar contigo, y en mis sueños sólo regreso a tu casa sola sin un alma, sin el olor de tu cocina ni tus frutos ni los ladridos.
El agua de tu casa perdió el sabor dulce, las flores de la manzana vuelan y crecen hierbas con espinas, las peras saben a viejo, las ciruelas crecen arrugadas, la temperatura de tu casa es siempre dos grados más baja.

Pocas cosas dice la placa de tu sepulcro, que te queremos y que te extrañamos, nada de tus andares, de tus postres y tus guizados, nada sobre la niñéz de mi padre, ni sobre tus muebles apolillados.

martes, 17 de junio de 2008

Libertad...


"Ve a trabajar, envía a tus niños a la escuela, sigue la moda, compórtate normalmente, camina por la acera, mira la tele, ahorra para cuando seas viejo, obedece la Ley y repite conmigo: soy libre."

Me lo volé de Microsiervos