¿Lo escuchas? si, ese ruido de allá afuera, no es la ciudad, no son las calles, no son los altavoces de los mercachafes. Te dije que me tomaras de la mano, no conviene que nos soltemos, el mundo es demasiado pesado como para llevarlo a cuestas cada uno por su lado, ¿Lo escuchas? si, los murmullos que vienen mezclados con ladridos de perro, llantos de niños, alegatos de mujeres y arboles que crujen.
Mira la noche, cómo inunda lentamente la casa, no te despegues de mi lado, podríamos ahogarnos de oscuridad, es mejor que permanezcas tomando mi mano, así si muero podrás llevar mi cuerpo a la orilla del día.
Apoya tu cabeza en mi cuello, sube tu medio cuerpo en el mío, no escuches los ruidos que vienen de allá afuera, tal vez sean cantos de sirena, ¿No te has dado cuenta que cada noche esta casa se transforma en barco y navega? es importante, es importante que permanezcas firme.
Quisiera llenar tus oídos de risas, para que no escuches los ruidos de allá afuera, las voces que crujen, las mujeres que berrean, los árboles que ladran, los perros que alegan, junto con todos ellos vienen sonidos mezclados como quejidos de muerto, para que no nos coma la noche es preciso, es preciso que nos amemos ahora, como si mañana fuésemos a desaparecer con las primeras luces de la aurora.
Ponte el vestido blanco y quítate los zapatos, sube a la cama y ven a dormir conmigo, no sueltes mi mano.
Si muero durante la noche, no me dejes a la deriva, lleva mi cuerpo hasta la orilla.